El conflicto generado por el despido de 436 trabajadores de General Motors sigue sin solución. Los delegados de Smata se reunieron ayer con directivos de la multinacional estadounidense para intentar llegar a un acuerdo dentro del plazo de vigencia de la conciliación obligatoria, pero la reunión duró apenas unos minutos porque las partes no se pusieron de acuerdo. Los sindicalistas ratificaron su postura de que las suspensiones sean rotativas para todos los trabajadores de la planta, unos 2300, proponiendo reducir la jornada laboral de 9 a 8 horas y garantizar así los mismos niveles de producción, dejando abierta la posibilidad de aceptar una reducción en los salarios. La empresa, en cambio, acepta dar marcha atrás con los despidos, pero insiste en suspender a 156 trabajadores, pagándoles el 100 por ciento del salario durante diciembre, enero y febrero, para luego comenzar con un recorte progresivo de haberes.

“Nos volveremos a reunir el próximo martes 2 de diciembre, día en que vence la conciliación obligatoria y si la empresa no cambia de postura al no querer incluir a los 2300 trabajadores el miércoles 3 estaremos todos en la autopista”, sostuvo el secretario general de Smata Rosario, Marcelo Barros. “No podemos permitir que 160 paguen el costo de la crisis. Queremos que roten los 2300 que están en la planta”, agregó. Por otra parte, la viceministra de Trabajo de Santa Fe, Alicia Ciciliani, dijo que “se ha pasado a un cuarto intermedio, no obstante el ministro Carlos Rodríguez queda a disposición de las partes para tratar de conciliar y llegar a un acuerdo, no olvidemos que las negociaciones no sólo se desarrollan en la secretaría. Hay otras informales que también son importantes”.

La empresa defiende su propuesta argumentando que no es común pagar el 100 por ciento del salario en caso de suspensiones. También remarcan que de ese modo se gana tiempo para poder analizar mejor cuál es la situación. El caso de General Motors es especial porque su casa matriz está muy comprometida y si el gobierno estadounidense no elabora en las próximas semanas un plan de rescate para el sector podría terminar quebrando.