Domingo, 30 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › MARTIN SABBATELLA, INTENDENTE DE MORON
El intendente de Morón habla del futuro del armado progresista y pone distancia con Elisa Carrió y sus alianzas “preideológicas”, porque “una política común se genera en base a ideas”. En cambio, espera que el sistema político se ordene en términos de centroizquierda y centroderecha.
Por Miguel Jorquera
Lo incluyeron más de una vez en las filas de los transversales. Pero Martín Sabbatella, intendente de Morón, afirma que el 2007 no lo tendrá “ni en la concertación K ni en un frente opositor” al Gobierno, aunque las coaliciones electorales ubiquen a dos de sus amigos –el peronista cordobés Luis Juez y el socialista rosarino Hermes Binner– en veredas distintas. Coincide con la propuesta kirchnerista de reordenar el sistema de partidos políticos en dos grandes polos –desde el centro hacia izquierda y derecha– pero reniega del método de acumulación política del oficialismo con dirigentes de “la vieja política” e insiste en la conformación de un frente que unifique a los “sectores nacionales y populares, progresistas, y de la izquierda democrática”. Tampoco suscribe la opción de Roberto Lavagna porque “está a la derecha del Gobierno” ni las “alianzas pre-ideológicas sobre la base de la honestidad personal” que promueve Elisa Carrió: “Es bárbaro sentarse a una mesa con gente que sabés que no te va a robar la billetera del saco cuando te levantás para ir al baño. Pero una política común se genera en base a ideas”.
–¿El centroizquierda irá disperso en las elecciones de 2007?
–Los sectores nacionales y populares, democráticos, la izquierda democrática, progresistas, insisto con todos estos nombres porque según las tradiciones se utilizan estas diferentes categorías; pero todo este espacio común que hoy está dividido tiene distintas miradas, opciones, está en búsqueda, por lo tanto no hay un espacio único o que sintetice un encuentro de todos estos sectores, ni creo que lo tenga de acá a 2007. Apuesto a que a mediano plazo se pueda ordenar el sistema de partidos políticos en la Argentina de otra manera y que se constituya una fuerza popular de centroizquierda que pueda aglutinar a todos estos sectores y actores que comparten este núcleo de ideas, más allá de sus distintos orígenes, tradiciones e historias. Creo que hay que seguir apostando a eso y trabajando en esa dirección.
–Parte de estos sectores están expresados en el kirchnerismo y otros se nuclean en la oposición. ¿En dónde se ubican ustedes?
–Con respecto al Gobierno no estamos ni enfrente ni adentro. No nos sentimos enfrente del Gobierno porque compartimos muchas cosas de su agenda política y ha marcado un rumbo distinto en muchos temas. Tampoco nos sentimos adentro porque hay una lista de temas, como el Consejo de la Magistratura y los superpoderes, que no compartimos. No vamos a ser parte de ningún espacio de oposición al Gobierno pero tampoco de la concertación K. Vamos a mantener nuestra autonomía.
–Esa disputa dividió el espacio que formaron con el intendente cordobés Luis Juez, que está con la concertación, y el socialista Hermes Binner, con un frente opositor en Santa Fe.
–Con ellos tenemos un núcleo de ideas comunes y trabajamos en construir una fuerza popular de centroizquierda, pero estas situaciones no han cambiado nada: seguimos trabajando en la misma línea. No nos une ni nos desune la mayor cercanía o distancia con el Gobierno. En este espacio, como pasa en todos los sectores progresistas en la Argentina, hay quienes están más cerca de la concertación con el Gobierno, los que están fuera de ese esquema y quienes sostenemos una posición de mayor autonomía en las decisiones. Esto es natural, parte de la realidad.
–El debate llegó dentro de su partido. Rodolfo Rodil (ex diputado frepasista) decidió alejarse de su proyecto para trabajar por Lavagna presidente.
–Es un caso especial. Con Rodolfo compartimos la experiencia del Frepaso, después hemos tenido lecturas distintas de la realidad y él ha tomado una opción. Pero no es parte del armado político del Encuentro por la Equidad y la Justicia.
–¿Esto no provocó un debate hacia adentro de su partido?
–No, porque está claro que Lavagna es una opción a la derecha del Gobierno y esto no genera discusión en una fuerza de centroizquierda. En términos de construcción política tampoco tiene nada nuevo y se construye sobre las tradicionales y viejas estructuras políticas como el radicalismo y el duhaldismo.
–Si el Gobierno consolida la idea de crear dos grandes polos, de centroizquierda y centroderecha, ¿no se fagocitaría el proyecto progresista que ustedes quieren construir?
–Me parece bien que el sistema político argentino se ordene en términos de centroizquierda y centroderecha, y ojalá eso suceda. Si eso pasa seriamente, muchos de los que estamos separados estaríamos juntos, y muchos de los que están juntos estarían separados. Muchos hombres y mujeres de distintas experiencias y procedencias políticas se ordenarán en torno de un núcleo de ideas, principios y convicciones, y no a pertenencias partidarias que, más allá de la valoración histórica, hoy se vaciaron de ideas y en muchos casos se viciaron de metodológias clientelistas.
–¿Pero no comparte el ordenamiento actual del Gobierno?
–Es difícil creer que la estructura del PJ bonaerense o de otras provincias se hayan convertido al pensamiento de centroizquierda. A muchos que no están por la concertación con el Gobierno yo me los imagino en un espacio común con nosotros; mientras que a otros que sí la comparten, los veo en un futuro en una vereda opuesta a la nuestra. No estoy de acuerdo en que la estructura de un partido “tome todo”, el debate de ideas se produce ahí adentro y se convierte en un sistema de partidos en sí mismo. Fue muy gracioso ver en la Cumbre del Mercosur (en Córdoba) a (Osvaldo) Mércuri a los codazos para sacarse una foto con Fidel (Castro); mientras otros que no están con el Gobierno compartían por convicción la idea de la unidad latinoamericana.
–¿Este debate atraviesa todo el centroizquierda?
–Lo mismo puede pasar en el socialismo, el ARI, y aun en los partidos tradicionales en los que hay debate interno de ideas.
–¿Comparte la definición de Carrió de que este gobierno es fascista?
–Me parece una locura. Tampoco comparto su opinión de formar alianzas pre-ideológicas. Es bárbaro sentarse a una mesa con gente que sabés que no te va a robar la billerera del saco cuando te levantás para ir al baño. Pero una política común se genera sobre la base de ideas. La honestidad tiene que ser un principio básico de la política y no por ese único motivo voy a compartir un proyecto con (Enrique) Olivera o (Ricardo) López Murphy.
–Su postura lo llevará a enfrentar en Morón a oficialistas y opositores. ¿La ya famosa tijera de Sabbatella puede salir nuevamente airosa en una contienda electoral en la que se elegirá un nuevo presidente?
–El corte de boleta en Morón le ponía coherencia a la incoherencia que existe en el sistema de partidos políticos, donde no todo lo bueno está en un lado ni todo lo malo está en el otro. Hay contradicciones. Uno ve en el armado del Gobierno dirigentes que genuinamente están en ese espacio porque están haciendo lo que sostuvieron por convicción toda la vida, pero también ve claramente que hay mujeres, hombres y estructuras que están por conveniencia. Con el corte de boleta, la gente encontraba en el cuarto oscuro a los que no se pudieron encontrar políticamente.
–¿Irá por su re-reelección como intendente en 2007?
–Lo discutirá el partido recién el año que viene. Queremos armar algo serio. Somos un partido con una gran primacía de jóvenes (se sonríe con sus apenas 36 años y dos mandatos como jefe comunal), no hay que apresurarse.
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