Mario Negri dice estar preparado para gobernar Córdoba. Y ya considera cumplido el primer objetivo, “evitar el desguace que intentó el kirchnerismo”. Insiste en que ya frenaron la sangría de dirigentes y que puede ser la “sorpresa” de la elección. Un optimismo que descansa en el logro de presentar candidatos en más de 160 de los 254 municipios que eligen autoridades hoy. Una opción para recuperar el caudal de votos histórico del radicalismo en la provincia. “Córdoba no va a ser kirchnerista. Puede haber resultados electorales, como sucede ahora, con dos fórmulas armadas bajo esa estrategia pero creo que una porción muy grande de Córdoba va a despertar y resistir, entre otras cosas no tener que ir a Buenos Aires para pedir de rodillas las soluciones para nuestra provincia. Y si no se replantea una nueva forma de reparto fiscal entre las provincias, eso va a estallar en poco tiempo y Córdoba necesariamente va a tener que estar a la cabeza de esa discusión.”

–Su campaña ha hecho eje en esta cuestión. ¿Va a dar resultado?

–Si no la elección iba a ser como una sartén con huevo y papas fritas pero sin sal. Todas opciones kirchneristas, una elección desabrida. ¿Qué hubiese pasado si yo hubiese cedido a la tentación de subirme al tren de fórmulas kirchneristas o transversales? Nuestra decisión final apuntó a mantener la diferencia, a no ser todos iguales.

–¿Fue tentado para compartir una fórmula kirchnerista?

–Tuvimos un montón de propuestas, vía los propios radicales débiles que se fueron. La otra línea argumental fue acá tenemos que volver rápidamente al poder. Hay que defender valores, uno de las diferencias que tengo con Kirchner es que la transversalidad terminó siendo un proyecto trucho: la enunciaron para reparar la política y la pusieron en marcha para destruir la política, vinculada a un sistema de partidos.

–¿Su candidatura es testimonial?

–No, yo estoy listo para gobernar.