Juan Schiaretti fue el único candidato que prefirió no hacer declaraciones periodísticas para “no violar la veda electoral”, aunque defendió los anuncios de implementación de obras y proyectos del gobernador Juan Manuel de la Sota cuando ya regía la restricción. Hoy almorzará un asado en la casa paterna, en el populoso barrio Talleres, dormirá la siesta y esperará los datos de la encuesta en boca de urna que encargó el PJ cordobés.

Los sondeos de opinión se convirtieron en la vedette de los colaboradores del candidato de la alianza oficialista Unión por Córdoba. Todos analizaban las variantes que la consultora de Julio Aurelio proponía en su relevamiento. “Es la primera elección en 12 años en que los cordobeses eligen en una misma votación el gobernador y el intendente de la capital”, afirmaron a Página/12. Una combinación que en los comicios de hoy incluye a su principal contrincante: el intendente de la ciudad de Córdoba y candidato del Frente Cívico y Social Luis Juez. Todos recordaban la elección en que Carlos Menem conseguía la reelección, también con el voto mayoritario de los cordobeses pero el radical Ramón Mestre se convertía en el último gobernador de la UCR en la provincia.

Sus colaboradores se encargaron de poner en palabras lo que Schiaretti no quería decir públicamente ayer. “La decisión de que (el ex basquebolista) Héctor ‘Pichi’ Campana fuera su compañero de fórmula la tomó él”, repetían para ahuyentar las versiones sobre la injerencia que habría tenido en esa decisión el cuestionado secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, uno de los encargados del armado electoral cordobés.

Cerca del candidato también saben que hoy no se acabará para ellos el maratón proselitista: “Está decidido a hacer campaña fuerte por la candidatura de Cristina (Kirchner). Dice que su propuesta es música para sus oídos y que con Néstor compartió el peronismo revolucionario de los ’70”, repetían ante los periodistas. Querían dejar en claro que se encolumnará sin condicionamientos.