Domingo, 9 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › LA AMBIGUA POSTURA DE ELISA CARRIO HACIA SU PROPIO PARTIDO
Fue como un portazo, pero no: ella dio un paso al costado pero no habla de cortes tajantes. En el ARI desmienten que exista una crisis y dicen que sigue siendo candidata para el 2007. Misteriosa, Carrió dice que ese año es “un tránsito” hacia 2011.
“Yo tambien tomé una decisión que no tiene que ver con la atadura de trompas”, sorprendió la líder del ARI, Elisa Carrió, tras la renuncia a su partido del dirigente porteño Fernando Melillo. Después del debate con posiciones opuestas que protagonizó con la diputada de su bloque Marcela Rodríguez, por el proyecto de ligadura de trompas, había anunciado al retirarse del recinto que existía “algo que voy a decidir en poco tiempo más”. Finalmente, resolvió dar un paso al costado de la dirigencia del partido. “Necesito libertad de pensamiento, hablar con otros sectores de la sociedad. La verdad es que estoy muy feliz”, aseguró. “Son procesos históricos que no dependen de las categorías que pueda darle la telenovela venezolana a la que estamos acostumbrados”, chanceó la dirigente.
Desde el ARI, salieron a desmentir que exista una crisis en el partido y confirmaron su candidatura a presidente en 2007. Sin embargo, Carrió reconoció que “no sé en el 2007 cuál será mi destino político electoral. Si todavía es necesario seguir perseverando, el 2007 será un tránsito y la seguridad el 2011”. La diputada no ahorró críticas para sus posibles adversarios en el espectro opositor: sostuvo que “el macrismo siempre va a estar con el poder” y que el ex ministro de Economía Roberto Lavagna “es el candidato más racional del pasado”.
El lunes pasado tuvo una reunión con tres de los principales dirigentes del partido: el titular de la bancada de Diputado, Eduardo Macaluse, y los otros miembros de la Mesa de Conducción del ARI, Elsa “Tata” Quiroz y Néstor Piedrafita. Les explicó que su paso al costado le dará mayor independencia al partido y a ella como líder. Y que no implicaba renunciar formalmente a nada, sino una “presencia menos activa” en las discusiones partidarias. Sostuvo que así el ARI será más “libre y democrático”.
A partir de ese encuentro, se reprodujeron otras reuniones en las mesas de conducción provinciales y en los bloques legislativos del ARI para llevar tranquilidad a sus filas ante el inminente pronunciamiento de Carrió. Tras la discusión con Rodríguez y la renuncia de Melillo, la dirigente no se mostró ofuscada ni dando un portazo, sino que anunció su paso al costado con aparente optimismo. “Este es un partido democrático que ha podido votar en contra de lo que votaba su líder. Estando todos juntos, con gente que nos queremos mucho”, dijo. “El partido no es mío. Siempre supe que lo tenía que fundar, que lo tenía que construir, pero que había un momento en que tenía que caminar solo”, señaló.
El clima de optimismo se transmitió a los principales dirigentes. “No habrá una sola persona que sea la cara visible del ARI, sino que será una conducción múltiple”, explicó Macaluse a Página/12 (ver aparte). De ahora en más, las figuras que ocupaban la segunda línea deberán distribuirse los roles según se trate de un tema legislativo o partidario. “Esto nos obliga a tener mayor protagonismo, más actividad. Nos vamos a tener que poner más las pilas”, explicó el mendocino Piedrafita.
“Me parecía que era el momento histórico en que ellos podían asumir esa libertad, esa responsabilidad y hacerse cargo de esto”, explicó Carrió. “Quiero traer tranquilidad, porque sé que el Gobierno va a operar estas cosas, en el sentido de desmembramiento del partido, pero no importa”, consideró la líder del ARI, quien destacó que su objetivo es romper con el personalismo en su partido. “Por eso nunca fui presidente del partido, no fui presidente del bloque”, aseguró. “Tenemos que acostumbrarnos a construir partidos no personalistas, partidos que no sólo sean el instrumento electoral de un líder, que sean adultos, responsables y libres”, remarcó.
La líder del ARI se mostró comprensiva ante el alejamiento de Melillo, tras sus diferencias por la posición del ARI ante la destitución del ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y de la postulación de Enrique Olivera como posible candidato en la Capital. “Es una decisión muy larga, muy dolorosa. Para nosotros, tener esta lucha y en los tiempos difíciles que vienen supone una decisión interior muy grande de cada uno de nosotros, y nadie puede estar que no esté absolutamente convencido”, aseguró Carrió, quien pidió a sus seguidores que lo “acompañemos y que lo respetemos en esta decisión, porque ha tenido, además, una hombría de bien en charlarla conmigo durante mucho tiempo”. Finalmente, deslizó que Melillo “no cree en esta batalla de principios, por lo menos de la manera en que la entendemos muchísimos otros”.
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