"A pesar de este penoso incidente, no pediré a las fuerzas de defensa que cesen el fuego o que modifiquen sus operaciones. Seguiremos actuando sin dudarlo contra Hezbolá. No cesaremos esta operación", advirtió el primer ministro israelí, Ehud Olmert, después del consejo de ministros semanal. Luego, un responsable gubernamental reveló que Olmert dijo a Rice que necesitaban de 10 a 15 más de ofensiva contra Hezbolá en Líbano.

La secretaria de Estado norteamericana, de visita en Jerusalén, declaró que "ha llegado la hora de lograr un alto el fuego" lo antes posible y que seguirá presionando para que las operaciones militares eviten provocar víctimas civiles. Rice lamentó la pérdida de "vidas inocentes" en los bombardeos israelíes en Qana, con los 51 civiles muertos, 22 de ellos niños.

La jefa de la diplomacia de EEUU tuvo que anular su prevista visita a Beirut, donde el primer ministro libanés anunció que se negaba a hablar sin un alto el fuego inmediato e incondicional previo. "No hay lugar para negociaciones en este triste día", dijo en televisión Fuad Siniora, que pidió la convocatoria de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU durante una entrevista telefónica con el secretario general, Kofi Annan. Su representante personal en Líbano, Geir Pedersen, condenó el bombardeo y pidió una investigación internacional.

También en Líbano, el grupo Hezbolá prometió castigar a Israel por lo sucedido en Qana. "Esta masacre bárbara, que supone un giro grave y peligroso en el curso de la guerra, puede conducir (...) a reacciones contra el mundo mudo y cómplice, que debe asumir sus responsabilidades, porque esta horrible masacre, como otras, no permanecerá impune", avisó en un comunicado.

"El enemigo israelí asumirá las consecuencias de sus masacres, en Qana y otros lugares", prometió Hezbolá, al que Israel (que dijo "lamentar" lo ocurrido) responsabilizó de la muerte de los civiles en Cana. Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, condenó el bombardeo israelí. "Nada puede justificar esto", según Solana, que expresó "su profunda pena y su consternación" a Líbano.

El Gobierno de Néstor Kirchner expresó esta noche su "profunda consternación por el ataque" israelí sobre la localidad de Qana, en el sur del Líbano, y manifestó sus "sentidas condolencias" por la muerte de más de medio centenar de civiles.

"El pueblo y Gobierno argentinos transmiten sus sentidas condolencias al pueblo y Gobierno del Líbano por la trágica muerte de estos civiles inocentes", consigna un comunicado de prensa de la Cancillería mediante el cual, además, fue reclamada una "tregua humanitaria" y el inmediato cese de las hostilidades.